"Todos deben considerar a San Pablo como padre, maestro, modelo y fundador. Él lo es de hecho. Por él la Familia Paulina nació, él la alimenta, y la hace crecer, de él aprende el espíritu." (Beato Santiago Alberione. AD. nº2). El beato padre Santiago Alberione, fue un hombre apasionado por san Pablo.
"Todos deben considerar a San Pablo como padre, maestro, modelo y fundador. Él lo es de hecho. Por él la Familia Paulina nació, él la alimenta, y la hace crecer, de él aprende el espíritu." (Beato Santiago Alberione. AD. nº2)
El beato padre Santiago Alberione, fundador de las Hijas de San Pablo y de la Familia Paulina, fue un hombre apasionado por san Pablo. Sus cartas y su figura le sirvieron de iluminación, no solamente para él, si no para cada miembro de la Familia Paulina.
Apóstol de la Palabra, Pablo jamás conoció a Jesús, el carpintero de Nazaret. Su experiencia de conversión fue escuchando la voz del Resucitado. Por eso se sentía totalmente en deuda con aquel que lo amó y se entregó por él. De lo único que se mostró orgulloso fue de ser Apóstol del Evangelio, mensajero de la Buena Nueva de salvación.
Apóstol universal, se hizo todo para todos. Jamás negó sus raíces judías, pero tuvo la mentalidad amplia para saber lanzarse a las fronteras del mundo. Reconoció en cada cultura la semilla de la Buena Nueva y quiso compartirla con todas las personas.
El año 2008-2009 fue declarado por el papa Benedicto XVI como año paulino, ya que se celebraban los 2.000 años de su nacimiento. Fue un momento de gracia para la congregación de las Hijas de San Pablo, para toda la Familia Paulina, y para toda la Iglesia, pues se redescubrió (y se sigue redescubriendo) la presencia de este apóstol apasionado por Cristo y por las personas, capaz de vencer todos los desafíos externos e interiores, pues sabe en quien ha puesto su confianza.