“Bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 19)

Celebramos en este día la fiesta de la Santísima Trinidad, solemnidad que nos invita a contemplar, ocho días después de Pentecostés, la estrecha unidad que existe entre las tres divinas personas. Unidad que Jesús expresa en el evangelio de este día, a partir del último mandato misionero que hace a sus discípulos, antes de subir al Padre: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándolos a guardar todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy siempre con ustedes hasta el fin de los tiempos”. Mandato que se actualiza hoy en nosotros, y nos lleva a reconocer como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo acompañan de cerca nuestras vidas y nos animan a experimentar y reconocer, su amor y su acción salvífica, a través de las enseñanzas de Jesús. Pidamos a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo en este día, que nos ayude a vivir su misma unidad en el seno de nuestras familias, valorando y respetando el rol y la diversidad de cada uno de sus miembros.

Reflexionemos:

¿Cómo experimentamos la presencia de la Santísima Trinidad en nuestra vida?, ¿qué valores del Padre, el Hijo y Espíritu Santo podemos llevar a nuestro camino de fe?

Oremos:

Santísima Trinidad, tú que vives en lo más profundo de nuestro ser, ayúdanos a experimentar cada día tu acción salvífica. A Dios Padre, que nos recrea cada día con amor; a Dios Hijo que nos comunica tus enseñanzas y a Dios Espíritu, que nos permite gozar de tu luz y tu compañía. Amén.

Recordemos:

Jesús nos revela con sus enseñanzas la estrecha unidad que vive con el Padre y el Espíritu Santo.

Actuemos:

Reconozcamos en esta jornada la manera cómo vivimos y alimentamos nuestra relación  con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Profundicemos:

María fue siempre una mujer abierta a la acción de Dios. En su vida podemos reconocer la presencia de las tres divinas personas y la manera de relacionarnos con ellas (Libro: Las palabras calladas).