“Salió el sembrador a sembrar”
(Mc 4, 1-20)
Reflexionemos: Hoy tenemos muchos elementos importantes para reflexionar a partir de la Palabra de Jesús, nos detenemos en dos:
Oremos: Jesús Maestro, tú que eres la Verdad, enséñame qué debo decir, cómo debo pensar… la parábola del sembrador hoy me muestra la gratuidad de tu amor, la paciencia y el silencio fecundo que da frutos de paz, serenidad, esperanza y amor. Amén.
Actuemos: En este día hago el ejercicio de sembrar en tierra abonada, al cabo de un tiempo contemplo la obra maravillosa de Dios creador.
Recordemos: “No creemos en las fórmulas, sino en las realidades que estas expresan y que la fe nos permite tocar. El acto de fe del creyente no se detiene en el enunciado, sino en la realidad enunciada. Estas permiten expresar y transmitir la fe, celebrarla en comunidad, asimilarla y vivir de ella cada vez más” (CIC, 170).
Profundicemos: La expresión: “El sembrador siembra la Palabra” permite profundizar la figura del sembrador y confrontarla con nuestra vida… ¿Qué estoy sembrando?
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