“El que no está contra nosotros está a favor nuestro” 

(Mc 9, 38-40)

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

El Evangelio nos presenta la situación con la que se encuentra el Señor. Hay personas que expulsan demonios en su nombre y no son de los que él llamó, no son los del grupo de Jesús. Sin embargo, el Espíritu de Dios actuaba también en ellos. Se nos presenta así la pretensión o tentación de tener la verdad en exclusiva y sentirnos con el “poder” de controlar a todos los demás.

Hoy sigue estando presente esa tendencia de pensar que solo nuestro grupo, nuestro movimiento, es el único que tiene la verdad y que los otros no tienen ni siquiera razón de existir. Hoy el Señor nos llama a buscar puntos de encuentro, a reconocer la bondad ajena, a tener paciencia para que cada uno coopere de diferente manera a la única misión de la Iglesia que es evangelizar. No seamos de los que critican u obstaculizan la extensión del Reino, sino, unámonos en un solo Espíritu para que podamos llegar a la unidad en la diversidad.

Reflexionemos: Jesús nos llama hoy a tender puentes en medio de la diversidad, para que juntos luchemos contra los demonios y el mal que hay en el mundo de hoy.

Oremos: Maestro bueno, gracias porque me enseñas el discernimiento, me haces ver que quien está siempre contigo “hace el bien por encima de todo y a pesar de todo”. Amén.

Actuemos: Hoy me revisaré interiormente, si mi actitud es como la de los discípulos, impedir que los demás sean buenos o es como la de Jesús, permitir que todos “hagan el bien”.

Recordemos: Jesús respondió: “No se lo impidan, porque quien hace milagros en mi nombre, no puede luego hablar mal de mí”.

Profundicemos: Acojamos el llamado que Jesús nos hace hoy en su Palabra, busquemos siempre aquello que nos une como seres humanos, no aquello que nos divide.

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