“El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”
(Mc 2, 23-28)
Reflexionemos: Siempre la prioridad de Jesús es el ser humano, su realización, su felicidad. A veces nos imponemos o imponemos a los demás cargas tan pesadas que olvidamos la dignidad de las personas. Para Jesús todos los momentos y las situaciones son oportunidades para hacer el bien.
Oremos: “Señor, ayúdame a descubrir a través de tus enseñanzas la alegría de compartir mi vida con los demás. Que a la luz de tus preceptos pueda encontrar sentido a lo que hago, vivo y siento. Que tus preceptos sean para mí un tesoro incalculable a través del cual pueda dar un sentido siempre nuevo a lo que experimento”.
Del libro Un Salmo diario para nuestra vida, Paulinas, Colombia.
Actuemos: A lo largo de este día, identifico un momento y una persona específica que me permitirá servir con amor y esperanza.
Recordemos: “Jesús al dar con autoridad divina la interpretación definitiva de la ley, se vio enfrentado a algunos doctores de la ley que no aceptaban su interpretación a pesar de estar garantizada por los signos divinos con que la acompañaba” (CIC, 528).
Profundicemos: Leyendo todo el Evangelio de hoy, profundiza y saca una conclusión de la actitud de Jesús cuando dice: “El hombre es Señor también del sábado”.
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